La niebla de Malfario


Siguiendo el camino hacia el norte, más allá de las Tierras de la Luna y de los Árboles Nocturnos, más allá incluso de los túmulos ancestrales de los bárbaros úzhgardt, se halla el frondoso y misterioso Bosque Drúar, alzado entre las rocas de frías colinas.

Dicen las leyendas que en su espesura se refugian viles criaturas y que bajo sus raíces se esconden secretos pretéritos, peligros desconocidos y riquezas inimaginables. Como si se tratara de brujería, una bruma perenne custodia la arboleda. Jamás nadie tuvo constancia de que se disipara, ni de que se deslizara más allá de sus límites.

En la pequeña plaza de la modesta aldea que florece al sur, a los pies de las crestas rocosas, puede leerse la siguiente letanía:

Si la niebla descendiera más allá de los troncos de la última colina… ¡Mal fario!