El noveno fragmento de La niebla de Malfario continúa desmenuzando el argumento a través de las palabras de los huéspedes que se dan cita en la Fonda amurallada de Musgrave.
En Los cazadores de las miradas perdidas (1), el foco se sitúa sobre un grupo de viejos norteños, asiduos bebedores de la taberna, y su interés por una mesa con tres cazadores cariacontecidos y muchas vasijas de vino. Nuevos matices que incorporar a la trama, tras las desconocidas intenciones de Los hombres de las capas oscuras (1) y la solicitud embarazosa de El ardid de Areahnel.